miércoles, febrero 01, 2006

F(r)OTextO 1: Rua dos Coutinhos

Fíjate bien en las estrellas. Miran desde el universo íntimo de la habitación, que no es otra cosa que una triste ventana en cuyos cristales los astros (¿cuál será esa constelación en forma de vaca voladora?) simulan un amago de vida, quieren mantener vivo el descalabro. Dentro nada se distingue, salvo una contraventana inmóvil que desconoce si su próximo giro será para componer una penumbra infinita o para dejar que la luz llene el espacio que hay detrás de las estrellas. El cielo entero descansa sobre un café que se evapora y en el que sólo parece mantenerse de forma respetable la “fé”, a la que nunca alcanzará el oasis amarillo, porque su lugar está a la vuelta de la esquina, o en la misma esquina, que es donde se ha apostado el acento, la parte más sonora del pecado. Los azulejos, que nos indican una dirección, inútiles si no fuese por su estoica belleza, mienten. No iremos a ninguna parte, esperaremos quietos a que ese cielo portugués se derrumbe sobre nosotros. Será labor ardua y larga porque el tiempo, en el país vecino, se sienta y nos acompaña mientras también espera a nuestro lado su propia ruina. Y todo por alcanzar a tocar algún día, al menos, una letra del oasis; siquiera su acento, aunque nos sea tan extraño.

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